Si es el Cordero quien abre los sellos, la historia está en buenas manos.

Estamos avanzando poco a poco con el análisis comunicacional del libro de Apocalipsis. Para mí, personalmente es un desafío personal, ya que luego de salir de la secta, siempre quería evitar encontrarme con el último libro de la Biblia.

Al inicio fue una experiencia muy fastidiosa buscar lo que otros creían acerca de este libro. La mayoría de iglesias que visité y los libros que leí empezaban y terminaban con el sistema catastrofista y escapista dispensacionalista. Hasta que conocí oportunamente a Juan Stam.

Otro desafío que tengo en este momento, es cruzar este camino tortuoso de la depresión bipolar. Justamente, el 30 de marzo fue el día mundial sobre la bipolaridad, y a partir del ingreso del otoño en el hemisferio sur, rápidamente mi estado de ánimo va decayendo y mis ganas de escribir van desapareciendo; en primavera y verano ocurre todo lo contrario: no puedo parar de escribir.

Tal vez usted notará y valorará que mis escritos también se vuelvan más breves y sistemáticos.

Los primeros 6 sellos

1 – El caballo blanco. (La predicación del evangelio a todo el mundo).

2 – El caballo rojo. (Los conflictos armados y la destrucción de la paz).

3 – El caballo negro. (La inflación y las crisis económicas).

4 – El caballo amarillento. (Muerte a causa de la violencia, el hambre, las epidemias, la destrucción de la creación)

5 – Claman las almas de los mártires (testigos).

6 – Señales en la tierra (terror, terremotos, cataclismos); señales en el cielo (sol, luna, estrellas, firmamento).

Es interesante notar aquí que Juan de Patmos utiliza la figura de un hipódromo, una competencia bastante conocida ya en aquella época, para describir los eventos que marcarían los puntos álgidos de la historia de la humanidadJesús en su discurso escatológico presentó los mismos sucesos, de una manera más directa (Mateo 24; Marcos 13 y Lucas 21).

Personalmente creo que Apocalipsis 6 no debería ser muy complicado de entender a la luz de todas las épocas. Prácticamente ni hace falta que uno explique mucho. Pareciera que mucho se cumple con las guerras en la actualidad y también con la peste de Covid, con la inflación, la subida del precio del crudo, y de todas las cosas en todas partes del mundo.

La gran pregunta es, ¿está por cumplirse lo del sexto sello? No sabría decirlo; pero lo importante es no estar en el grupo de los militares, los ricos, los poderosos, y «todos los demás», que se esconden en cuevas y peñas de las montañas, gritando: ¡Caigan sobre nosotros….!

Les recomiendo leer a Juan Stam, Tomo II; págs. 21 – 112. También hay un mayor análisis en la columna de Stam en Evangélico Digital ; y en el Blog de Juan Stam.

Pero aún no termino. De comunicación hay mucho aquí.: Mirar, ver, oír, gritar, romper… Este es un capítulo lleno de acciones comunicativas. El Cordero rompe los sellos y hay gritos de los seres vivientes; creo que los colores de los caballos comunican algo; hasta se pueden escuchar el galopar a toda velocidad; también hay comunicación en la descripción de cada jinete. Resulta estremecedor oír el grito de las almas de los mártires esperando justicia de parte del Señor; las ropas blancas comunican; incluso la indicación a tener paciencia nos comunica algo.

El sexto sello y las señales en la tierra y el cielo nos comunican que debemos estar en alerta, ya que el final puede llegar en cualquier momento; no sabemos cuándo; pero si no hemos tenido un encuentro con el León y el Cordero, estaremos metidos en las cuevas y las peñas, gritando desesperados.

Veamos con atención

Stam indica: «Cristo es el Señor de la historia y sólo él puede desatar los acontecimientos. Nada puede pasar fuera de su control; nada que no haya «pasado primero por sus manos» (II: 24)

Si el Cordero abre los sellos, la historia está en buenas manos: «Cristo reina en esta tierra, así como en el cielo. Cristo reina no sólo en el remoto futuro, al final de la historia, sino aquí y ahora, en las entrañas de la historia actual. Cristo reina no sólo en las cosas «positivas» de la vida, sino también en lo oscuro, difícil y doloroso. No hay sellos que no los abra él, Señor de todo, quién hace que todas las cosas estén dispuestas para el bien de los que le aman» (II: 27-28).

«Debido a la soberanía del Señor en la historia humana, descubrimos que hay orden en medio del aparente desorden de los acontecimientos a darnos cuenta del propósito del amor divino en medio del aparente caos» (II: 28)

«¡Cuán importante es ver al Cordero!… El Cordero tiene la historia en esas mismas manos que fueron traspasadas por los clavos del pecado y de su amor redentor» (II: 29).

Un aspecto muy interesante que Stam desarrolla de las págs. 42 a la 52 es el pacifismo de Jesucristo vs. el odio y la violencia diabólica. Por favor, si puede, léalo.

Stam cita en la página 47 al Comité Menonita Internacional de la paz, en la sección «El hambre y la carrera armamentista»:

«Las naciones de la tierra hoy confían en medios militares para mantenerse en poder y para solucionar los conflictos nacionales e internacionales. Sacrifican la seguridad y el bien de su propio pueblo a fin de tener dinero para comprar armas. Once millones de niños mueren cada año antes de cumplir un año de edad a causa de desnutrición y enfermedades. Treinta niños mueren por minuto a causa de hambre y dolencias. Y cada minuto los gobiernos gastan 1,3 millones de dólares con fines militares».

«Cada arma de fuego que se fabrica, cada barco de guerra que se echa al agua, cada cohete que se dispara significa, en última instancia, un robo a quienes tienen hambre y no reciben alimento, a quienes tienen frío y no reciben ropa. Este mundo de las armas no sólo gasta dinero. Gasta el sudor de sus obreros, el genio de sus científicos, las esperanzas de sus niños»

Pareciera que los tres caballos (rojo, negro y amarillo) actúan juntos. Guerra y violencia; inflación de los costos de vida, y también generalmente como resultado, hambre, epidemias, cambio climático y muerte. Pero no olvidemos al caballo blanco, que sigue en medio de todo predicando el evangelio, las buenas noticias ilimitadas.

El caballo rojo

En las páginas 51 y 52 (tomo II) Stam realiza una enumeración muy interesante:

1. El patriotismo suele montar el caballo rojo.

2. El odio es el jinete del caballo rojo.

3. El prejuicio, el fanatismo y algunas ideologías cabalgan en este caballo.

4. La idolatría también.

5. La tecnología de la muerte monta el caballo rojo.

6. El comercio y la industria armamentista, ¡feliz de la muerte!

7. Muchas veces «la religión» lo monta.

8. La mentira se cree dueña de este caballo.

9. Al fin, son Satanás y sus aliados los que andan ahí montados.

10. ¡Pero a Cristo nunca los van a ver montado en ese caballo! ¡Tampoco a sus verdaderos discípulos! Ellos serán siempre artesanos de paz, forjadores de Shalom.

Un análisis similar podemos ver en los caballos negro y amarillento, pero no queremos extendernos demasiado. Solo señalar algunas ideas principales: En el mercado se mueven fuerzas muy ocultas (II: 61-65); y O estamos con la muerte, o estamos con la vida (II: 65-71).

Con el quinto sello: una teología del martirio. (II: 71-83); y el sexto sello: un terremoto escatológico (II: 83-112).

Referente al sexto sello, yo he escuchado muchos disparates escatológicos; pero le recomiendo usar pautas serias para interpretar todo esto. Hace unos minutos en Paraguay tuvimos un temblor de tierra; algo que realmente nunca ocurrió en toda nuestra historia. Estoy seguro que para mañana habrán miles de teóricas que se escucharan de boca de los pseudoprofetas.

Conclusión

Bueno, tranquilos, no es el fin del mundo; pero si… todo esto sea simbólico, o sea literal en el Apocalipsis, no es para entrar en pánico. El Señor está al control de toda nuestra historia. Y otra cosa: Es imposible esconderse de Dios.

Una petición comunicativa hermano: No ande metiendo miedo a la gente. El miedo no es una buena metodología para convertir a las personas en cristianos.

Permita que el caballo blanco siga cabalgando; su mensaje es un mensaje de paz. Ya lo dijo él: «Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo».

Y como lo dijo Pablo: «¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?  Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.  Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes,  ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor». Romanos 8. 35-39

Bendiciones y ¡hasta la próxima!

  • Wolfgang A. Streich

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